miércoles, 28 de enero de 2009

La increíble historia de Cari Balboa



Venga, vamos a cascarnos un post de cotilleo… Antes de nada les aclaro ciertas cosas. “Cari Balboa” es un seudónimo que oculta el verdadero nombre de un personaje absolutamente real, español y apasionante y del que se habló mucho durante un tiempo en determinados círculos. La historia que les voy a contar tiene ciertas lagunas e inexactitudes provocadas por las múltiples fuentes consultadas y por la lógica distorsión del boca a boca. Los comments están a la absoluta disposición de cualquiera que deseé dar más detalles de la historia o aclarar ciertas cosas (siempre y cuando se respete el juego del anonimato, por favor).

La historia de Cari Balboa representa la fusión perfecta entre el famoso sueño americano y la sobada picaresca española.

Nos remontamos a principios del Siglo XXI. Balboa trabaja como dibujante de storyboards para directores de cierto peso de aquí y allá. En esos tiempos coquetea con la dirección de cortometrajes y decide que los pinceles se le quedan cortos y quiere dar el paso a la dirección con mayúsculas. Ni corto ni perezoso se hace una bobina con una selección de sus mejores trabajos como director y se planta en EE.UU. con la intención de moverse por los estudios y cumplir sus deseos de dirigir en la meca del cine.

La historia no tendría nada de particular si nos saltáramos el hecho de que su bobina estaba compuesta por escenas de cortometrajes y películas ajenas. El trabajo de media generación de cortometrajistas de aquella época estaba en la bobina de Cari Balboa. Las escenas más espectaculares, las imágenes más poderosas, los momentos más inspirados de los cortometrajes que más premios ganaron por aquellas fechas fueron fusilados sin piedad.

Pero si el cine español tiene una repercusión mínima más allá de nuestras fronteras, imagínense los cortometrajes. El show-reel de Cari Balboa coló y bien colado. Tanto que un estudio le abrió las puertas de par en par y le encargaron la dirección de una película. Vale, quizá la película no fuera la última superproducción de Will Smith, pero le ponían tres estrellas (no en su mejor momento, pero tenían renombre) en el reparto, un espectacular set en Canadá y unas decenas de millones de dolores de presupuesto.

Con el bombo que se le suele dar siempre cuando un español da el salto a Hollywood ¿por qué nadie se enteró de que Balboa había conseguido tal proeza? ¿Por qué ningún medio se hizo eco de ello? Imagino que el mejor aliado de un impostor es la discreción y Balboa intentó pasar de puntillas para que su increíble logro no se viniera abajo. Aún así llegó a invitar a uno de nuestros directores más punteros, con el que trabajó como ilustrador en ese gran proyecto fallido que cada dos años se habla de él y nunca acaba de despegar. La producción de la película le pagó billete de avión y alojamiento. Y este director flipó, claro…

Aquí los rumores hacen que la historia tome rumbos distintos. Por un lado se dice que a pocas semanas para acabar el rodaje, el bueno de Cari Balboa fue pillado por sus jefes. “Alguien” hizo saltar la liebre de su falsa bobina, fue despedido automáticamente y su trabajo finiquitado por el director de fotografía. Otros dicen que la reacción del estudio fue más benévola y le dejaron acabar la película, pero cerrándole de por vida la posibilidad de volver a sentarse más allá del Atlántico en una silla de director.

Según su imdb no ha vuelto a trabajar desde el 2002.

Estés donde estés, Cari Balboa… a pesar de lo reprochable de tu tropelía y de que supuestamente el fin no justifica los medios… que te quiten lo bailao, macho.

jueves, 22 de enero de 2009

La triste historia de Sandy Collora



Parece mentira, pero hace seis años (sólo seis años) descargarse cualquier tipo de video en internet era todo un acontecimiento. Recuerdo dos que por aquella época arrasaban y de qué manera.

Uno fue ese famoso video ”””””porno”””””” de ese famoso director de ese famoso periódico. Aquello sí que supuso de verdad la democratización audiovisual. Gracias a la red, aquella cámara oculta, tan repugnante como perturbadoramente desternillante, dejó de ser el objeto más preciado en los cumpleaños de la jet y llegó a las manos de cualquier españolito de a pie.

Si quieren un día le dedicamos un post entero a aquel video y el boom que supuso para la época. Qué tiempos tan enfermizos vivieron nuestras altas esferas… pero qué bien se lo pasaron los jodíos. Esos corpiños, esa fiesta de Roldán en calcetines… Bueno, a lo que voy. El otro video que arrasó entre los geeks ibéricos del momento fue un corto “amateur”: “Batman: Dead End”. (Sí, otro post con “Batman”… será el último en siglos, lo juro)

¿Recuerdan? Batman, Jocker y dos invitados sorpresa a partir del minuto 3:00.



Sandy Collora, un joven realizador de videoclips, decidió dejar cds del corto por los stands de la Comic Con del 2003. Un anónimo flipó y por su cuenta y riesgo decidió colgarlo en la red.
A partir de ese momento el director se colocó en el lugar exacto donde deseaba estar: el ojo del huracán. Todo el mundo se preguntaba cómo había conseguido semejante producción con los supuestos 40.000 $ que había costado el asunto. Consiguió atraer todas las miradas y para rematar la faena rodó meses después otra pieza de fan art: World’s Finest.

Pero este segundo golpe de efecto que debía confirmarle como esa gran promesa del cine de acción a tener en cuenta le salió rana. La misma Comic Con que le catapultó a la fama, un año después le cerró las puertas. Según se dice, por orden de la Warner, que en esta historia le toca ser la mala de la película. El gigante no quería que nadie sacara el más mínimo beneficio de un personaje de su propiedad y mucho menos que la imagen que estaba dando al mundo Collora interfiriera en la revisitación del superhéroe que meses después estrenarían de la mano de Christopher Nolan.

Ese segundo trabajo no tuvo la repercusión deseada y las ilusiones de Collora fueron aplastadas por la implacable maquinaria de Hollywood. Si a esto le añadimos un trágico accidente de coche entenderán el por qué del título de este post.

Pero esta triste historia no tiene un final taaan triste. Según leo en uruloki, el esforzado Sandy, una vez recuperado de sus accidentes con la Comic Com y la carretera, ha conseguido rodar su primera película: Hunter Prey un largo de serie B con soldados y extraterrestres.

Aaah… el sueño americano…

martes, 13 de enero de 2009

El caballero oscuro



No, esto no es una crítica de la película de Nolan. Ya saben que por aquí pocas veces nos dedicamos a ese tipo de desmenuces. Somos más del cotilleo fino y la rumorología varia, pero los “entendidos” dicen que esta es la peli del 2008 y como tal la que recogerá todos los premios del 2009 (¿incluido el Goya a mejor película europea?).

Yo ya les avanzo que a mí la peli me gustó, pero que no me pareció para tanto. Sí, vale… tiene algunas escenas de acción inspiradísimas gracias a un guión elaborado por encima de la media, pero esa “elaboración” ¿no roza la exageración? Es decir, ¿es ese el tono adecuado para una peli de superhéroes? ¿No creen que esos diálogos, tan agradecidos para el guionista que los escribe (en una primera versión), no dan ese anhelado realismo sino todo lo contrario? ¿Toda esa forzada profundidad de los personajes no es sólo un peaje para que los “culosfinos” no se sientan culpables por ver una de superhéroes? ¿Existe un término medio entre el esquema de siempre con “villano igual que el protagonista pero más grande y más feo” y esta especie de “Todos los hombres del presidente + Bruce Wayne”? ¿Si cortáramos 30 minutos de “blablabla” la película seguiría funcionando de la misma forma?

¿Y a qué viene hablar de esta peli ahora? Me temo que con los oscars a la vuelta de la esquina se va a volver a hablar mucho de ella. Con la tontería de los Goya ya tuvimos una mínima discusión el otro día algunos compañeros del guionismo español y un servidor. Así que, como estoy entre dos aguas y con esta película parece que no hay término medio, deposito en ustedes mi confianza para decidir si “El caballero oscuro” es la mejor película de superhéroes de la historia o bien un fraude con barniz para intelectuales. No admito la medianía porque para eso me quedo como estoy. Pueden votar en la columna de la derecha. Me comprometo a defender a muerte en futuras cenas la opción ganadora.

Eso sí, me da igual el resultado, no pienso bajarme de estas dos burras: el final es un “porquesí” caprichoso a más no poder y Heath Ledger, no lo flipen, no está taaan bien.


ACTUALIZACIÓN: Los lectores de este blog han decidido que "El caballero oscuro" es un fraude con barniz para intelectuales. La democracia es lo que tiene... Esa será mi opinión sobre dicha película a partir de ahora. Gracias a todos.

martes, 6 de enero de 2009

La noche en blanco



Creo que esto es algo de lo que nunca he hablado con otros guionistas. Imagino que no seré el único que pasa por ese momento crucial en el proceso de escritura y en mi caso pistoletazo definitivo para ponerme a escribir. Les hablo de esa noche en blanco en la que la idea a la que le has dado vueltas durante unas cuantas semanas por fin crece hasta madurar de principio a fin.

Les confieso que duermo como un lirón. Pocos disgustos en mi vida me han quitado el sueño durante toda una noche, pero una buena idea en ebullición puede provocar que me tire en vela, dando vueltas en la cama, hasta bien entrada la madrugada. Y ese es el momento exacto en el que si la idea es propia empiezo a ponerme a escribir (nunca antes) o sí bien, es un proyecto de encargo o compartido, lo siento completamente mío.

En esa noche todas las piezas encajan. Los puntos de giro se encienden como luces de neón, los personajes cambian de sexo, edad o profesión a favor de la trama, encuentras el verdadero sentido de tu historia y sobre todo le das un final digno a esa idea primigenia que te ha martilleado la cabeza durante semanas. Por no hablar de ese gran agujero negro en la historia que se rellena con una simple secuencia tan emocionante como efectiva. Averiguas de qué manera el protagonista descubre al asesino o la razón por la que esa chiflada entrañable decide volver al altar en el último momento para casarse con el pringado de clase.

Y no. No me levanto para apuntar nada (¿Ustedes sí?) . No sé si será buena memoria, pero a la mañana siguiente todo sigue allí. Si algo se ha perdido por el camino es que no merecía demasiado la pena. Posiblemente, alguna idea enclenque y patizamba como para llegar a la meta en buen estado.

Esas horas levitando en mi imaginación son más fructíferas que semanas enteras de trabajo full-time o sesudas e interminables reuniones. Son el detonante definitivo para empezar a escribir, el preludio de “el sabemos que…” o directamente el escaletado.

Y escribo este post porque intuyo que estoy a punto de tener una de esas noches en blanco. Hacía más de un año que no tenía esa sensación. Creo que hay una buena lubina en el horno a punto de ser sacada. Espero no cagarla con un mal vino…

…o que la impertinente de la vecina aparezca con una lubina más grande y más cara.