miércoles, 12 de mayo de 2010

LAS 10 RAZONES POR LAS QUE NO QUIERO DIRIGIR


Si eliges ser guionista, eliges tener que responder una y mil veces a una pregunta clave en la vida de un escritor de cine (y televisión). La cuestión de marras es: ¿Y por qué no lo diriges tú?

Aunque parezca increíble, muchas de las veces te las hace el mismo productor cuando le llevas un guión. El hecho de que vayas a dirigir esas 90 páginas de texto a él le ahorra el curro de tener que buscar a un dire de encargo. Por lo visto, es una tarea más difícil que conseguir entradas con una visibilidad digna para ver los Shakespeare de Sam Mendes estrenados hace unos días en Madrid.

Además, al ser película de director novel la cosa se anima aún más para el productor. El tío rasca más pasta de subvención.

Después de la del productor, la voz que más veces te hace esa pregunta es la tuya propia… “¿Y por qué no lo dirijo yo?” Hay que reconocer que la tentación siempre está ahí. Esperando tras la esquina, desnuda bajo la gabardina y dispuesta a saltar con la chorra al aire en cualquier momento. Para evitar caer en la tentación, voy a escribir unas cuantas razones para recordarme por qué no quiero sentarme en la silla del director.


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